Desatando nudos
Tan inminente el fin de este año 2016 y en vista que
la gracia de Dios nos permite mirar hacia el 2017 con expectativa de porvenir,
a mis lectores deseo la bendición del Padre Eterno, el que conoce mejor nuestras
necesidades y que ha de proveernos el más adecuado sendero para nuestra
evolución. Para nuestra sociedad, manifiesto el deseo que podamos ir al
encuentro de la paz y la concordia para construir una ciudadanía consciente,
progresista y solidaria; para que se abata de una vez por todas el mal de la
ignorancia que nos ha llevado por el rumbo de la severidad en el aprendizaje.
Este escrito contiene aforismos sin un orden
específico, pero que intentan reflejar nuestras más latentes angustias y enunciar nuestros males a
manera de reflexión, queriendo hacer espejo de modo que enfoquemos nuestros
males buscando que en consciencia de nuestra cuota de responsabilidad, busquemos
aportar a la discusión que nos lleve a promover síntesis de los opuestos y
producir una ruta consistente hacia el progreso.
-
Si quedase al
menos una pizca de sensatez en los liderazgos del país, haríamos un alto y dejaramos
la perogrullada de creernos estar librando una “batalla entre socialismo y
capitalismo”. Ambos términos son por ahora superlativos con relación a su
aplicación real. Necesitamos levantar la mirada hacia el futuro, ver que el sendero
que transitamos es sumamente destructivo y que la perspectiva para las futuras
generaciones es completamente sombrío y desolador.
-
Tan sólo desde un
acérrimo y profundo odio hacia Venezuela, puede producirse este mapa que ha
llevado a nuestra sociedad a fagocitar su propio tejido social, so pretexto de
la “liberación del capitalismo”. Nunca nuestro tejido fue consistente, la
inequidad marcó profundamente la psiquis de quienes vivieron al margen del
progreso social, a quienes no alcanzaron a insertarse en el mecanismo del
progreso, esquema que asume la 4ta. República o como se ha distinguido
nominalmente a este período: “los cuarenta años del pacto de Punto Fijo”. Se
fortaleció la dialéctica del amo y el esclavo, y aunque sin muestras escandalosas,
siempre se mantuvo en latencia.
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El liberalismo sí
funciono, quien le echaba ganas progresaba. Podía estudiar, acceder a vivienda
y empleo digno. No obstante tampoco era perfecto… sus debilidades son -las
lluvias que trajeron estos lodos-. Hubo mucha gente que nunca supo cómo
insertarse en el esquema de éste modelo; y tanto ellos con las generaciones
consecutivas, crecieron montaraces. Sumen el aditivo perverso que nuestro Juan
Pablo Pérez Alfonzo y Arturo Uslar dieron por llamar: “el excremento del Diablo”;
que representaba la soterrada práctica del modelo extraccionista y distributivo
que profundizó y consolidó la pereza y la viveza criolla. Hoy se transfigura en
la omniabarcante corrupción que carcome los huesos de la República.
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Para colmo,
nuestras escuelas y universidades estaban llenas de ñangaros de tiza y
borrador. Por lo tanto varias generaciones crecieron anhelando esa República de
Tomás Moro: -Utopía-, donde todo era justo y todos vivían en la perfección de
la igualdad, sin necesidad alguna de gobierno. Veneramos la figura el Che
Guevara y de Fidel Castro; tal vez por ser los íconos de la contracorriente,
alma que todo estudiante abriga con el anhelo de revolucionar el mundo e
imponer “la justicia” sin saber muy bien que cosa es eso. Y para colmo de
males, triunfa la revolución cubana (David contra Goliath) y el Imperio maluco le
impone sanciones a Cuba libre, lo que le dio a Fidel la excusa perfecta para
repartir escasez y miseria sin que le salpicasen las consecuencias.
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Y así como en la
Unión Soviética Socialista, Alemania Federal, la China de Mao, la Argentina de
Kirchner y la RBV de Hugo Chávez, se les enredó el volador tratando de
implementar el “sueño de Bolívar”; porque todavía nadie sabe bien cuáles son los
pasos precisos del recetario de Carlos Marx. Bueno, diríamos que quien supo hacerlo
mejor fue el Comandante Fidel Castro, quien por cincuenta largos años logró que
su pueblo inmolase sus sueños, su derecho a una vida digna y acorde con las
escalas de bienestar de la media universal… Quienes osaron soñar, le ponían balsas
a sus sueños y partían a esquivar tiburones con la mira puesta en la Florida
del imperio mismo. Así muchos de estos soñadores han brillado en el arte, el
deporte y muchas cosas más; habiendo conquistado el miedo y con fe cierta en
que “sí se puede”.
-
Tomando
inspiración en el pensamiento de Simón Rodríguez: “¿Dónde iremos a buscar modelos? La América Española es original.
Original han de ser sus instituciones y su Gobierno. Y originales los medios de
fundar unas y otro. O inventamos o erramos”. No hemos de inventar el agua
tibia, si desde la casa del pensamiento y el conocimiento como lo es por excelencia
la Universidad, tomamos el modelo que han asumido la mayoría de las naciones, para
mayor precisión, índices que emplean las naciones con mejores índices de
progreso y bienestar[1],
vemos que los cortes de gobierno son de la más diversa índole. Por lo tanto, si
tenemos un modelo base comúnmente aceptado como lo es el liberal, sus
debilidades han de ser rectificadas y moderadas con las ideas sociales para producir
un Estado de corte socialdemócrata que ha sido fórmula proveedora de bienestar
a quienes han asumido con responsabilidad el modelo. Aquí tiene que estar
centrada la discusión hoy, de manera urgente… está muriendo nuestra gente por
la tozudez de algunos, la ignorancia de otros y la indiferencia de otro tanto.
-
Nuestra
experiencia tiene que servir para algo y haciendo exégesis de lo vivido, tuve
la oportunidad de estar hace algunos años en Cuba y compartir con la gente de a
pie. Algo que pude apreciar del cubano, es cómo valoran las cosas “magníficas”
con que la vida nos obsequia día a día, pero que por cotidianas pasan
desapercibidas. Una tarde a la orilla de la playa viendo el atardecer, ese
espectáculo maravilloso que es el concierto de olas adornado el horizonte con
los colores inigualables que deja el sol en su ocaso… el valor de la amistad y
la valoración del aquí y ahora en un grato momento, el querer perpetuar en la
memoria un abrazo, un gesto… “porque es el más valioso que tengo, mañana no sé
si se producirá otra vez”. La seguridad de que somos algo más que esta materia…
y que no importa ahora que seremos pero la certeza de “ese instante que te
demuestra lo trascendente del pensamiento, de lo espiritual, lo ceremonial, lo
maravilloso.
Ojalá que esta tormenta que vivimos nos haga mejores
personas. Que nos permita ver hacia dentro porque en período de abundancia no
nos acordamos que existe el hambre. Tengo fe porque he visto que con la
adversidad, la solidaridad emerge y se crece. Que esa misma adversidad nos
sirva para darle un alto a lo vano para ejercer de una vez por todas, nuestra
condición de “humanos”. De espíritus viviendo la experiencia de un cuerpo. Que
el 2017 sirva para reconciliarnos y encontrar juntos el camino, es tarea de
todos.
[1]
Legatum
Institute, publica cada año el índice de posiciones de países con
relación al bienestar de los ciudadanos, tomando elementos clásicos como por
ejemplo: economía, educación, salud, gobernanza, entre otros que evidencian el
grado de progreso que tiene el país. Por cierto ocupando el vergonzoso sitial
No. 105 ente Honduras e Irán, incluso a sabiendas que las cifras oficiales gozan
de dudosa credibilidad ya que señalan que estos índices son “modelos burgueses
de ver el mundo”. Ref. http://www.prosperity.com/download_file/view_inline/2833
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