Sobre el diálogo...

“Todas las grandes revoluciones que se han realizado han sido precedidas por una revolución tranquila y silenciosa en el espíritu de la época, una revolución invisible, especialmente imperceptible a los contemporáneos, y tan difícil de conceptualizar como de expresar en palabras”.
G.W. Hegel.-
Sobre el dialogo: palabra que proviene de la conjunción de dos raíces griegas a saber dia (a través) y logos (logos=palabra, también aplicado a ciencia, método). Esta raíz trasciende luego a <<dialéctica>> y que sería uno de los pilares fundacionales del marxismo. Implica, para sintetizarlo de manera breve, la confrontación de dos tendencias opuestas con el fin de obtener un resultado que supere ambas ideas primarias, alcanzar un estadio nuevo y superior. La concepción hegeliana del término y del cual desarrolla Marx su noción, señala que las sociedades mutan desde el germen de la contradicción a su propio modelo y que abrigan dentro de sí. Sin lugar a dudas, los cambios se corresponden a lo evolutivo. La cuestionada acción de la MUD de acceder al diálogo además, propuesta por los cancilleres de UNASUR, es un paso imprescindible de quienes promueven los cambios desde los espacios democráticos. El gobierno, representando el Estado debe dar muestras de magnanimidad <<en el ejercicio del poder>>. Demostrará su vocación mediante signos o evidencias tangibles en acto y no <<solo de discurso>>. No basta presumir que son promotores del diálogo, es imprescindible dejar evidencia irrefutable de que están comprometidos en el proceso “dialéctico” de producir cambios significativos al <<estatus quo>>.
Dado el clima crispado que amenaza con escalar otros niveles, sumado al sensible deterioro de la calidad de vida de los ciudadanos, debe concertarse una agenda estricta de temas a tratar considerando aquellos aspectos de mayor trascendencia en la problemática nacional y no incorporar o sustituir puntos de agenda hasta la completa resolución o acuerdo de los previos. Dichas reuniones deben ser abiertas y tratadas de manera pública. Por cuanto se estarían considerando temas que afectan de manera directa a la población y por lo tanto atañen al interés general, requieren urgente resolución. Su consideración y avances deben ser de conocimiento público, esto sería un importante catalizador de la tensión que nos acontece. Habiendo ocurrido una fractura en las negociaciones, el gobierno debe dar, no a la MUD sino a la nación, una muestra “de buena fe” que evidencie que su “disposición al diálogo” no es solamente una estrategia para ganar tiempo o una parodia necesaria para mantener ante la comunidad internacional la faz de estado democrático. Aquellos miembros de la bancada oficialista que han dado evidencia pública de desdén hacia la negociación, deben ser remplazados por elementos cuya característica favorezca el acercamiento y que aporten al proceso y no lo obstaculicen.
Chaim Perelman en su tratado sobre la argumentación aludía al diálogo como “el encuentro de los espíritus”. Los territorios más cercanos o temas donde se puedan encontrar la mayor cantidad de puntos de coincidencia, deben ser los primeros. Esto permite que se tiendan puentes y surja una <<mecánica de resolución>> que luego tiende a servir de esquema marco para tratar aquellos aspectos de mayor desencuentro. Para aquellos tópicos cuyo fondo se sitúe en planos especializados como por ejemplo la economía, comercio exterior, educación, sólo por citar ejemplos, se seleccione un tercero excluido con competencia académica en el tema que pueda proponer una solución base que sería el piso para la discusión en cuanto a aquellos elementos que mantengan divergencia. Dichas reuniones deben realizarse en “terreno neutral”. Los ambientes que contengan iconografía relativa a uno u otro sector o estén “identificados” con alguna de las tendencias no son espacios proclives a la discusión desapasionada. Motivo por el cual deben escogerse espacios asépticos a parcialidad ideológica alguna y cuyo clima general propicie el encuentro.
Para que se establezca un proceso de diálogo que realmente favorezca al país, es necesario que las partes se aboquen con honestidad a la búsqueda de salida a la crisis. Einstein decía que “la locura es seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes”. Especialmente el gobierno quien tiene una posición privilegiada pues dispone del aparato burocrático del Estado, debe centrar sus esfuerzos para que dicho diálogo tenga fruto. Es inocultable el proceso de decadencia en que el anterior mandatario sumió al país, hecho que no es ajeno a cualquier mente lúcida que viva en nuestro país. Además de los compromisos geopolíticos en que ahora participa Venezuela y que arrojan una pesada carga para la psiquis de nuestro pueblo, párvulo ante el mundo hostilizado por las pugnas de poder entre las potencias. Testimonio de nuestra precariedad son los cinco tiros que se llevaron a un muchacho de 15 años en el colegio Iberoamericano del Junquito provenientes de una Glock en manos de su compañero de 13. Es Rayzon Castro quien se colgó con una soga después de haber asesinado a su madre y meterla en una nevera. Son los resquicios de perturbación que pululan por nuestras calles; porque más que el daño material infligido a nuestra sociedad, está en la desquiciante desesperación que persigue y atormenta la mente de nuestra gente. La disposición al diálogo honesto y desprejuiciado es la única opción para contener la violencia y permitir que surjan nuevas posibilidades de evolucionar sin profundizar en el caos.

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