Cuestión de principios.-

“¿Quién dijo que un pequeño grupo de personas comprometidas con un ideal no puedan cambiar el mundo? Pues de hecho, en la historia esto es lo único que ha logrado cambiarla”.

Margaret Mead.-



En medio de la vorágine de información que día a día satura nuestra existencia, el tema de la protesta estudiantil y los medios que utiliza el régimen para combatirla parecen resaltar y un elemento para medir la temperatura a nuestro paciente en terapia intensiva. No obstante, una realidad nos desborda y queda patente en hechos (por citar tan solo uno entre tantos) como el de la joven Yaremi Silva, estudiante de medicina en la Universidad Experimental Rómulo Gallegos, cuyo cuerpo fue diana de dos balazos que espantaron su breve estancia de tan solo 22 años por estas tierras de dios; la violencia nos asfixia y continúa presurosa en su paso devastador por el horizonte venezolano atentando contra la salud de nuestra sociedad y llevándose a dentelladas la esperanza de un futuro mejor.
La gráfica expuesta arriba ha sido motivo de controversia y la página web Alba ciudad[1] la expone pues, ha sido atribuida a la infortunada joven que mencionamos antes y que luego a través de twitter corrió una versión atroz de una joven que yace inerme con un tiro de gracia en la frente también atribuida al mismo caso, presuntamente de manera engañosa pues corresponde a una gráfica de protesta de la artista Sonia Waleska Gómez quien en su sitio “Collective Sinesthesia” desarrolla sus temas de esta manera. Toda esta confusa situación se reproduce en artículos, reseñas y otras formas de comunicación y cuyo efecto ha sido <<saturar>> los mecanismos de información y provocar en algunos ciudadanos legítimamente interesados en la información, el hastío y la desconfianza sobre la realidad y la mentira. Todo esto muchas veces termina en el rincón de la evasión como mecanismo de defensa ante el constante flujo de <<horror>> real o prefabricado. La realidad triste y perversa de por sí, se pierde en el despropósito y la <<banalidad del mal>>, como por ejemplo cuando se le pregunta al dialogante Jorge Rodríguez sobre las posibilidades de indulto a Iván Simonovis y alude el tema como: “fantasías animadas de ayer y hoy”[2].
Nuevamente enfocados en la gráfica que encabeza este tema y más allá de que se corresponda o no con la joven cuya vida fue tempranamente arrebatada por la irrefrenable violencia que pulula en nuestra cotidianeidad, hay una realidad obvia que no tolera manejos interpretativos… una apreciable cantidad de sujetos con armaduras y portando armas de fuego someten a una joven que enfrenta su rostro al pavimento quien en su rostro refleja con cierto dejo de estoicismo su minusvalía física. Mire con detenimiento la misma y analice, ¿Qué se puede leer en ésta foto que congela una realidad más allá del instante? Yendo al sustrato de nuestro contrato social, valga la reminiscencia de principios en J.J. Rousseau de la idea del Contrato Social como marco a la convivencia entre ciudadanos y que queda resumida en los principios rectores de nuestra Constitución de la República que en su artículo segundo define a Venezuela como <<un estado democrático y social de derecho>> y que declara la <<preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político>>. Que en su artículo tercero señala como fines <<la construcción de una sociedad justa y amante de la paz>>. Que el artículo cuatro cita que <<la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo>>… observe usted si la realidad se corresponde con lo que la letra de la Constitución señala. Defina usted de qué lado de la historia se ubica usted y que podemos hacer para cambiar ésta realidad.
Cuando vemos ejemplos como éste ¿qué vemos… lo que hay o lo que falta? La protesta que proviene de los jóvenes es el reclamo a nuestra generación por el derecho a tener una ventana al futuro, no aceptan lo que hay, quieren un cambio para tener un país mejor. La creatividad negativa en el empleo de la represión por parte de los agentes del régimen evidencia una carga importante de carencias en su conformación humana, la ausencia de contingentes de conciencia que le lleve a percibir al otro como uno igual, a apreciar el uniforme que portan con respeto. Cuando observamos los muchos videos y testimonios colgados en la red que develan el trato subhumano de la que son víctimas quienes manifiestan nos preguntamos ¿se habrán cuestionado alguna vez en cuanto a si sus servicios se corresponden con los principios suscritos en su juramento de servir a la patria por sobre los intereses personales o parcialidad política alguna? ¿Honran realmente con su acto, el legado de los libertadores que precedieron en el uso de las armas para la defensa en contra del opresor extranjero?
Nuestro país está huérfano de reflexión, estamos sumidos en un pantano de mal vivir que nubla la conciencia y no deja avizorar el futuro en perspectiva. Sólo sabemos a ciencia cierta que lo que tenemos es extraño, y que mientras se prolongue este “estado de coma” no habremos de recuperar el sendero del progreso que una vez avizoramos como cierto. Un pensamiento antiguo cita a sazón de los momentos difíciles que <<la hora más oscura es justo antes del amanecer”. Anhelamos el cumplimiento de este aforismo como profecía, sin embargo hay que trabajar aportando desde nuestras propias capacidades para generar el futuro que queremos mediante la conformación de una masa crítica de ciudadanos conscientes.





[1] http://albaciudad.org/wp/index.php/2014/05/fotos-falsas-asesinato-yaremi-silva-gnb/
[2] Albornoz León, Emiro. “La patada de Jorge Rodríguez”, Diario La Verdad, Art. Del 16 de mayo 2014. 

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