El Venezolano y la autoestima.-


Hace ya más de veinte años, al leer la obra: “Autoestima del Venezolano, Democracia o marginalidad”, quedé atrapado en el concepto al ver como desde la perspectiva de la autoestima, se dibujaba de manera fiel, el imaginario de la sociedad venezolana. Hoy, vuelvo a ésta lectura y me sorprende aún más, observar que aquellas palabras resultaban ser, más que un oráculo, una descripción preclara de las consecuencias de una receta que hemos venido siguiendo de manera inadvertida en nuestra sociedad y que los resultados no podrían ser diferentes.
“La marginalidad como status y profesión, conlleva carencia de “sí mismo”, negación de su propia experiencia, no conciencia, no contacto con sus necesidades y falta de objetivos personales. El marginal vive en la desvalorización, cultiva la pasividad y le rinde culto a la dependencia, a la amargura y a la resignación”
“Marginal es el desarraigado, el desubicado, el que se impide el crecimiento, el que se niega a ser lo que es, no expresando sus sentimientos y sus necesidades, el que cambia todo por cosas, artefactos, para sentirse querido y en contacto. Marginal es el que no acepta límites y se convierte en un invasor de los demás, el que responde con violencia inmediata a la necesidad y desconoce las necesidades de otros y el que utiliza a los otros como recursos, ignorando los propios; el que vive de la contingencia, sin centrarse en su aquí y ahora, vive del tal vez, del quizás, del de repente, del por si acaso, de a lo mejor, o el ya veremos. El marginal vive del accidente inesperado, de las inclemencias del tiempo, de las enfermedades hereditarias, de la traición del amigo y de los prejuicios sociales. Vive de prisa y en confusión, sin contacto. Predica la revolución, aunque jamás se haya sometido a la suya propia”[1]
La autoestima es un concepto vital hasta para determinarse como integrante de –la especie   humana-, la dimensión de “Ser Hombre”. Definirse como Ser Humano, implica algo más allá del solo hecho de la bipedestación y poseer lenguaje… ¿Qué elementos privan para auto-concebirse dentro del grupo? Ser Humano es hacer honor al proceso evolutivo de procurarnos cada día un estadio mejor de Ser y Existir. Nótese el uso de mayúscula en las acepciones del Ser, Hombre y Humano, dadas las condiciones superlativas en cuanto a la responsabilidad que implica estar en la cima de la pirámide. Y no nos referimos meramente al aspecto material del asunto, más bien nuestra consideración con relación a la economía como elemento instrumental, pasa a ser complementaria o de un orden subordinado a un estadio de mayor plenitud en la existencia de la especie. Es decir, que la condición material se subordina a –aptitudes- que devienen en actitudes.
Vinculamos en lo cotidiano, que estar en la etapa superior de la especie, significa desempeñar altos cargos (preferiblemente ser ministro, diputado…), poseer grandes títulos, ser llamado Doctor, tener grandes carros, viviendas lujosas, mujeres hermosas, placeres, etc. La noción de los griegos antiguos que apuntaba a “aquel que era propietario” nos sirve de punto de partida para profundizar en nuestro tema. Precisamente, en el hecho de ser ciudadano – propietario, más como evidencia objetiva que podía ser medida, se vinculaba a la condición demostrativa de un hombre: Padre de Familia, que cuidaba eficazmente de los suyos, que tenía la facultad de administrar bien, proteger, guiar, educar, cultivar y procurar ciudadanos buenos para la Polis. Por razón analógica, quien fuese mal administrador, mal padre de familia, descuidado, tirano con los suyos… tendría un mal resultado, y por ende, no calificaría como ciudadano.
La noción griega del hombre, apuntaba a la virtud como la más grande posesión del ser humano, era tan natural el buen vivir que ni siquiera era necesario recalcarlo, era la estampa distintiva de Ser Humano. Hoy, en nuestra Venezuela, nos debatimos entre dos nociones de modelos de Estado, siendo que URGE revisar nuestra concepción social del hombre como epicentro de nuestro problema como país. La idea de que, más hombre es el “que monta más”, de que más hombre es el “más astuto”, y que se puede ser deshonesto, corrupto, obviar las leyes y saltarse los párrafos que no convienen saliendo airoso del trance; eso es tarea de vivos… pendejos son todos los demás, los que no aprovechan... está idea se ha atornillado al imaginario de las mayorías. Aquí es donde es obligatoria la Autoestima como una verdad inaplazable. Quien estuviese expuesto digamos, ante una disyuntiva, que implicase salir favorecido de la decisión, así sea tan importante para sí mismo como que de ello dependiese, por ejemplo, a partir de ello llegar a ser designado Presidente de la República o no; reflexionar sobre la equidad de los medios y no aceptar hasta tanto no se despejase la menor duda posible tan solo basado en un acto de conciencia, ésto sería una evidencia real de Ser Humano.
Las incidencias generadas por el joven Yendri Sánchez durante la toma de posesión el 19 de abril y la reacción del envestido quien luego de los hechos, reflexionó acerca del carácter protocolar del acto y la solemnidad que reviste, es una paradoja con relación al menosprecio por la forma, lo correcto, las buenas costumbres, y el fomento del antivalor, el menoscabo de la meritocracia y el merecimiento. Siendo víctimas del fantasma que se ha alimentado durante más de tres lustros, parecen haberse dado cuenta de golpe, aunque sea por un instante, que son necesarios los límites. Son esos momentos precisos que llaman a la reflexión e invitan a mirar los pasos que damos y sus fines. Necesitamos un alto a la locura, un acto de buena voluntad para mirar nuestra conducta y juzgar si esta dentro de los mínimos que exige el "Ser humano” en el extenso sentido de su profunda ontología. El reconocimiento del otro como una extensión de mi, porque sólo a través de los demás puedo Ser o no ser Persona; son los actos mediante que produzco mi credencial de Ser Humano.

Recordando al Dr. Manuel Barroso, incansable investigador y precursor de la autoestima como propuesta para una ciudadanía sana y de progreso.



[1] Fragmento de: Autoestima del Venezolano, democracia o marginalidad. Dr. Manuel Barroso, Ed. Galac, (1992).

Comentarios

  1. Tremendo artículo.
    Cosas que vienen a la mente durante su lectura: marginal y alienado son hermanos, ver al otro como objeto (y no como un fin en si mismo, como dijo Kant), límites que se han rebasado y por ellos vemos una sociedad cada vez más anómica. Mucho de cierto tenía el dr. Barroso, y también lo que aquí escribiste como derivado de su propuesta.
    Saludos Guillermo.

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